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¿Te imaginas lo que supone viajar a un país que ha estado cerrado al turismo durante décadas?
Hoy queremos hablarte de Arabia Saudí, un destino enigmático que ha permanecido mucho tiempo aislado y al que ahora ya puedes viajar. Sigue leyendo y descubre con nosotros cuáles son sus lugares más destacados que no te debes perder.
Empieza tu aventura por la capital de Arabia Saudí, Riad. Además de ser la capital administrativa y política del país, Riad es también la capital cultural.
Aquí encontrarás el Museo Nacional, que alberga miles de antigüedades que documentan la historia de Arabia a lo largo de los milenios.
La Fortaleza Al Masmak es otra joya que merece la pena contemplar. Es una enorme ciudadela de adobe construida en 1865 que recuerda el pasado saudí. Justo al lado de este castillo verás el mercado Al Zal. Aquí es posible comprar especias, incienso, artesanía local, ropa, alfombras y muchos artículos más.
También te sugerimos ir al Palacio Murabba, el cual se levanta fuera de la zona amurallada y se caracteriza por tener techos decorados con motivos de palmeras y salas que rodean el patio central.
Impresiona pensar que lo que un día fue un pequeño pueblo del desierto se haya transformado en una metrópoli con rascacielos. Uno de ellos es el Kingdom Center, todo un icono de la ciudad que cuenta con 99 pisos de altura. Si vas a la torre Skybridge podrás disfrutar de una bonita puesta de sol.
A las afueras de Riad se hallan los restos de Diriyah, una antigua ciudad conocida como “la perla de Arabia Saudí ”.
Fue la primera sede del poder de la familia Saúd y en ella se localizan los restos de numerosas viviendas de adobe comunicadas entre sí por estrechos callejones.
El centro histórico de Diriyah es Al Turaif, declarado Patrimonio de la Humanidad en el 2010. Este lugar de Arabia Saudí ha sido remodelado y permite a los visitantes pasear entre unas ruinas muy bien conservadas y adentrarse por los diferentes espacios que alberga.
En este fascinante barrio se han construido varios e interesantes museos, ideales para empaparse de toda la cultura y la historia de la región: el museo del Estado Saudí y la Península Arábiga, el museo de la Ruta de las 100 Historias, el museo MISK del Patrimonio y la Casa Al Saúd, donde se explica la historia de la familia gobernante y el pasado del reino.
Jeddah es la segunda ciudad más grande de Arabia Saudí.
Su relevancia viene dada por ser un potente y moderno centro de comercio y el punto de partida del peregrinaje hacia las ciudades santas de La Meca y Medina en Arabia Saudí.
La ciudad de Jeddah combina perfectamente lo moderno y lo antiguo, algo que comprobarás por ti mismo al recorrer sus lugares más emblemáticos.
El barrio histórico de Al Balad, fundado en siglo VII y declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO en 2014, conserva todavía las casas tradicionales que se construyeron con coral.
Caminando por sus calles te toparás el zoco Al Alaui, un bullicioso mercado en el que hay un sinfín de puestos y comercios. Muy cerca de él se encuentra la Casa Nasseef, también llamada la Casa del árbol, una legendaria residencia ahora convertida en un centro cultural.
Otro gran atractivo de esta ciudad de Arabia Saudí es el paseo marítimo Corniche, la zona turística costera. A lo largo de este paseo se suceden los resorts, las playas y algunas esculturas de interés.
Entre los templos religiosos destaca la majestuosa Mezquita Flotante, construida sobre el mar Rojo en 1985. Este edificio es popular porque, cuando sube la marea, parece estar flotando sobre las aguas.
Uno de los enclaves más extraordinarios de este viaje por Arabia Saudí es, sin duda, Al-Ula.
Su estratégica ubicación, alrededor de un oasis y protegido por montañas de arenisca, ha permitido el desarrollo de diferentes civilizaciones.
El área arqueológica de Al-Ula es como un enorme museo al aire libre. Está repleto de maravillas naturales del desierto y de obras patrimoniales que se mimetizan en un escenario en el que predominan la roca y las grandes cantidades de arena.
Dirígete a los yacimientos arqueológicos de Ekma y Abu ‘Aoud donde verás antiguas escrituras que tu guía descifrará para ti. Al atardecer te recomendamos subir a la cima de Harrat Al-Uwayrid y deleitarte con una preciosa vista panorámica del oasis.
La grandeza de Al-Ula no solo se basa en su patrimonio arqueológico, sino que se extiende a su bello entorno desértico y a las increíbles formaciones rocosas producidas por la erosión. Una de ellas es Jabal AlFil, una inmensa roca de cincuenta y dos metros de alto con aspecto de elefante. Otro monumento creado por la naturaleza es el conjunto rocoso llamado las Rocas Danzantes que, seguro, te sorprenderá.
Permanece atento para que no te pase desapercibido The Maraya Concert Hall. Este auditorio en forma de cubo que mide 9.740 metros cuadrados es un auténtico prodigio de la ingeniería. Su fachada está hecha de espejos, por lo que se fusiona en perfecta armonía con el desierto que lo rodea. Es casi imposible ver dónde termina el paisaje y dónde empieza el edificio. ¡Te parecerá un auténtico espejismo!
A menos de 22 kilómetros de Al-Ula, se sitúa Mada’in Saleh, cuyo nombre original en griego es Hegra.
Después de Petra (Jordania), Hegra es la ciudad nabatea más importante del mundo. Formó parte de una destacada ruta comercial entre la península arábiga, la zona mediterránea y Asia.
En este yacimiento arqueológico de Arabia Saudí, en el que se aprecian valiosos restos nabateos, hay más de un centenar de tumbas monumentales artísticamente talladas y repartidas por unos trece kilómetros.
No todas las tumbas de Hegra son de gran tamaño. También existen miles de fosas de gente cercana a los miembros de la comunidad que se podían permitir entierros más ostentosos que los habituales. Es el caso de los familiares de menor grado de parentesco o de los sirvientes.
En la arquitectura de los panteones se pueden diferenciar las distintas influencias de estilo: árabe, egipcio, greco-romano y de Mesopotamia, fruto del intercambio cultural derivado del comercio.
La mayoría de las tumbas se sitúan una al lado de la otra, siguiendo las paredes de algunos riscos y acantilados. Sin embargo, la más espectacular de ellas está construida en un peñasco en mitad del desierto y se la conoce como Qasr al Farid, es decir, “el Castillo solitario”. Sus veinte metros de altura te dejarán impresionado.
Si estás en busca de experiencias diferentes, llámanos al 93 209 19 00. Te organizaremos un viaje a este destino tan auténtico que atesora historia, tradición y una imponente belleza natural.
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