Myanmar

El país de las mil pagodas

Myanmar es un país bastante grande, por lo que los lugares de interés se encuentran algo dispersos. Sin embargo, ya te avanzamos que las distancias que hay de un punto a otro merecen la pena.

En Yangon, la principal puerta de entrada para muchos de los viajeros que llegan a este país, podrás ver dos de los templos más destacados de la ciudad: la Pagoda de Shwedagon y la Pagoda de Sule. Lo que más impacto suele causar en este núcleo urbano son sus vibrantes barrios, sus mercadillos nocturnos y el ambiente de sus restaurantes. Pero si nos referimos al país en general, lo que más te llamará la atención es la autenticidad y la gentileza de sus habitantes.

A continuación, volarás hacia Bagan. Aquí pasearás por sus sorprendentes mercados y visitarás sus santuarios más emblemáticos como, por ejemplo, el Templo de Ananda y la Pagoda Shwezigon, la cual se sitúa en lo alto de la colina Singuttara y es famosa por estar recubierta de oro y coronada con diamantes y rubíes. Las brillantes estupas y la vegetación frondosa del terreno crean una estampa digna de ser admirada desde un globo aerostático, ¿te animarías a vivir esta experiencia?

Seguirás el recorrido en dirección a Mandalay, ciudad a la que llegarás en coche, en avión o, si dispones de tiempo, en barco por el río ya que ésta es la forma más relajada y pintoresca de hacerlo. Una vez estés en Mandalay, podrás seguir sumergiéndote en la cultura budista de Myanmar visitando sus numerosos templos.

Más adelante, un avión te llevará a un territorio en el que encontrarás una zona que será como un soplo de aire fresco, puesto que es un precioso lugar repleto de naturaleza. Se trata del lago Inle, la última parada de este maravilloso viaje. Tendrás la oportunidad de relajarte mientras lo recorres a bordo de una embarcación y contemplas el fabuloso paisaje. Te aseguramos que será un cierre tan brillante como el oro que recubre muchas de las pagodas de este encantador país.