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Cuando piensas en una playa, ¿cómo te la imaginas? Hoy queremos hablarte de 5 playas curiosas que nada tienen que ver con la típica estampa de mar turquesa y arena dorada que, la mayoría, nos solemos imaginar.
¿Preparado para descubrirlas?
Este lugar situado en las Islas Marietas, a 32 kilómetros de Puerto Vallarta, es una de las playas curiosas más mágicas de México.
Como bien indica su nombre, se encuentra oculta como si de una pequeña joya natural se tratase. Solo se puede acceder a ella en el momento en que la marea está baja, atravesando un túnel bajo el agua a nado o en kayak.
Cuentan que esta preciosa playa se formó hace décadas a causa de una explosión, cuando el gobierno mexicano la utilizaba para hacer prácticas de artillería.
Debajo de este inmenso agujero en el suelo, sorprende encontrar unas aguas cristalinas sin oleaje y una arena blanca muy suave al tacto.
En la Isla de Harbour (Bahamas) hay una playa propia de un cuento de hadas.
El color de la arena rosada que la caracteriza se debe a unos minúsculos organismos llamados foraminíferos que tienen un caparazón de color rosado brillante. Cuando estos organismos mueren son triturarlos por el oleaje y este arrastra sus restos a la orilla y los mezcla con la arena y con trozos de coral.
El resultado es espectacular: un entorno de aguas claras y arena rosa que se extiende a lo largo de tres millas y tiene entre quince y treinta metros de anchura.
Si te hace ilusión darte un chapuzón en un enclave de este tipo, también encontrarás otras playas curiosas de arenas rosas en Komodo y Tangsi (Indonesia), Great Santa Cruz (Filipinas), Budelli (Italia) y Elafonisi (Grecia).
Una de las playas curiosas más hermosas y diferentes a las que estamos acostumbrados ver es, sin duda, la Playa de los Diamantes. Se trata de uno de los mayores atractivos de Islandia, una visita imprescindible si decides viajar a este destino.
Esta playa es un punto de acceso para llegar de manera relativamente sencilla a un glaciar llamado Breidamerkurjökull. Su temperatura y su cercanía a dicho glaciar permiten que se dé un fenómeno extraordinario: se pueden apreciar constantemente trozos de hielo que parecen cristales, unos bloques que se reparten por toda la costa y son empujados a la arena por las olas. Además, desde la orilla de la playa se suele divisar un buen número de aves marinas campando a sus anchas.
Muy cerca de la Playa de los Diamantes (a unos diez minutos caminando), se halla la laguna Jökulsárlón, donde es posible ver icebergs que se acumulan creando un paisaje abrumador. El contraste de la arena volcánica y el blanco del hielo no te dejará para nada indiferente. ¡Es increíble!
Para contemplar un agua que bien podría pertenecer a una escena de la película Avatar, deberás desplazarte a la isla Vaadhoo (Maldivas).
En Vaadhoo Beach se produce, ciertas noches, un espectáculo excepcional. El agua se tiñe de las luces fluorescentes originadas por un alga típica (plancton bioluminiscente) de este rincón del Índico.
La bioluminiscencia, también llamada “Mar de estrellas”, es visible en períodos determinados. Suele suceder entre mediados de verano y principios de invierno, época en la que las playas de Maldivas acumulan más cantidad de este plancton.
Es importante mencionar que, siendo como es de caprichosa la naturaleza, el brillo azulado y chispeante del agua se da de manera aleatoria. Es decir, no es seguro que ocurra durante tu estancia en la isla. ¡Cruza los dedos para que tengas a la suerte como aliada!
Aunque no te lo creas, Glass Beach surgió de la basura.
Durante todo un siglo, los residentes de la zona usaron esta playa como vertedero. Desde los acantilados se lanzaban electrodomésticos, vidrio e incluso vehículos.
En 1967, la Junta estatal de California cerró la playa y prohibió arrojar desechos. Se necesitaron varios años de programas intensivos de limpieza y recuperación de la costa para poder sanearla.
Sin embargo, por la dinámica de las corrientes y la ayuda de las olas, el vidrio y la cerámica se quedaron ahí y acabaron mezclándose con la arena, pasando a formar parte de una de las playas curiosas que no olvidarás. Con el transcurso del tiempo, los bordes de ambos materiales se redondearon y dejaron de ser afilados.
Si visitas el Parque Estatal MacKerricher, no te olvides de ir a este sitio que, paradójica y turísticamente, no tiene desperdicio.
¿Te han entrado unas ganas inmensas de conocer alguna de estas playas curiosas? Llámanos al 93 209 19 00 y te diseñaremos un viaje personalizado para que la disfrutes cuanto antes.
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