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Marruecos, a pesar de estar relativamente cerca (un par de horas dependiendo desde y a dónde se viaje), es uno de esos destinos que, debido a sus diferencias culturales, dan la sensación de haber volado muy lejos. Algunas de sus ciudades más importantes que destacan por su encanto y popularidad son las siguientes:
En Fez podrás apreciar la verdadera esencia marroquí. Aquí podrás ver su medina (declarada Patrimonio de la Humanidad), pasear por sus calles laberínticas, visitar sus numerosas medersas (escuelas coránicas), contemplar la Mezquita Al Karaouine, ver como transcurre la vida en sus zocos, caminar por los barrios de artesanos y descubrir uno de los lugares más llamativos de la medina, la curtiduría de Chouara.
En Marrakech llama la atención su visible contraste del mundo antiguo y moderno. Esta mágica ciudad que rebosa historia y cultura destaca por el ambiente bullicioso de la medina, el cual se concentra en la plaza de Yamaa el Fna y en los numerosos mercados repletos de colores. Si estás en Marrakech y te apetece pasar una noche en un riad (casas antiguas rehabilitadas y convertidas en hoteles), existen opciones de gran calidad.
Meknes es una ciudad muy parecida a Fez, aunque mucho más pequeña y rústica. Se caracteriza por ser muy tranquila y estar rodeada de fértiles campos que se extienden bajo el Atlas Medio. Su historia y sus edificios bien merecen hacer un alto en el camino. Te sugerimos ver la plaza el Hedim, la madraza Bou Inania, el mausoleo de Mulay Ismaíl y el Bab-el-Mansour, la gran puerta de entrada a la medina construida en el año 1732.
Al sur de Marruecos se halla Ouarzazate, una ciudad a la que llaman la Puerta del Desierto por ser la última población que encontramos antes del Sáhara. Es famosa por acoger uno de los estudios de cine más grandes del mundo, los Atlas Studios. Desde este punto, te recomendamos poner rumbo al desierto de Merzouga. Por el camino pasarás por la Garganta del Todra y tendrás la oportunidad de conocer las poblaciones de Errachidia y Erfoud, donde podrás alojarte en un kasbah (una edificación típica de la arquitectura marroquí construida con adobe y madera).
Casablanca es la capital económica del país y representa el Marruecos más moderno. Situada en la costa del océano Atlántico, a 80 km al sur de Rabat, cuenta con algunas de las mezquitas más grandes del planeta. La influencia occidental es visible en todos lados. Posee hermosos edificios que combinan el diseño colonial francés y el estilo tradicional marroquí.
No te pierdas la visita a la ciudad más curiosa de la región, Chefchaouen. Ubicada en las montañas del Rif, esta localidad tiene la particularidad de estar pintada de azul. De ahí que se la llame la “perla azul” de Marruecos. Te encantará visitar la plaza Uta al-Hammam, la Gran Mezquita, la Alcazaba y la Kasbah, una imponente fortaleza medieval totalmente amurallada.
Un viaje indispensable que hacer por Marruecos es el gastronómico. Disfruta probando el cuscús, el tajine de pollo, la kefta, el hummus de garbanzos, el pan khubz y, por supuesto, los dulces como el baklava que puedes acompañar con un té de menta.
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