Giethoorn, la Venecia de los Países Bajos

Este artículo fue publicado el 06/03/2025

En el corazón de los Países Bajos, lejos del bullicio de Ámsterdam y de las rutas turísticas más transitadas, se encuentra Giethoorn, un rincón encantado donde el tiempo parece haberse detenido.

Conocida como la “Venecia holandesa“, esta idílica aldea es un destino que despierta la imaginación y transporta a los viajeros a un mundo de ensueño. Sus canales serpenteantes, sus casas con tejados de paja y sus puentes de madera crean una atmósfera mágica que pocos lugares en el mundo pueden igualar.

Un pueblo sin carreteras donde el agua es la protagonista

Lo que hace de Giethoorn un lugar tan especial es su peculiar trazado urbano. En esta pequeña localidad, las calles convencionales han sido sustituidas por canales de agua, lo que significa que la mejor forma de recorrerla es a bordo de una embarcación. Los visitantes pueden deslizarse suavemente en una barca eléctrica o en las típicas “punters”, unas pequeñas embarcaciones de fondo plano que se mueven con pértigas al estilo veneciano.

El sonido del agua, el canto de los pájaros y la tranquilidad del entorno convierten cada paseo en una experiencia inolvidable. No hay tráfico ni ruido de motores, solo la naturaleza y la arquitectura tradicional holandesa en su máxima expresión.

Y ahora en invierno, cuando los canales se congelan, Giethoorn se transforma en una postal invernal perfecta para patinar sobre hielo.

Un viaje en el tiempo por Giethoorn

El origen de Giethoorn se remonta al siglo XIII, cuando un grupo de colonos mediterráneos se estableció en la zona. Al excavar en la tierra, encontraron grandes cantidades de cuernos de cabras salvajes, restos de una inundación anterior. De ahí proviene su nombre: “Giet” (cabra) y “hoorn” (cuerno).

Con el paso del tiempo, los habitantes de la región aprovecharon la abundancia de turba en el subsuelo y comenzaron a extraerla, lo que resultó en la formación de los canales que hoy hacen tan famoso a este enclave holandés.

A pesar de los siglos, el pueblo ha mantenido intacto su espíritu tradicional. Muchas de sus casas con tejados de paja y jardines exuberantes han permanecido en pie durante generaciones, transmitiendo una sensación de serenidad y autenticidad que enamora a quienes ponen el primer pie en la región.

Puntos de interés que no te puedes perder

Pese a que Giethoorn en sí mismo ya es una atracción, hay algunos puntos clave que hacen que la visita sea aún más especial:

– El Museo ‘t Olde Maat Uus. Para entender la historia y tradiciones del pueblo, este museo ofrece una visión fascinante de la vida en Giethoorn a lo largo de los siglos.

– Los puentes de madera. Giethoorn cuenta con más de 170 puentes, cada uno con su propio encanto.

– Los canales al atardecer. Aunque es posible pasear por esta localidad a pie o en bicicleta a través de senderos estrechos, te recomendamos navegar en barca al caer la tarde, con esa luz dorada reflejada en el agua.

– El Parque Nacional Weerribben-Wieden. Para quienes desean conectar con la naturaleza, este parque es un paraíso de biodiversidad.

Una experiencia imperdible para los amantes de la belleza y la tranquilidad

Giethoorn es más que un destino; es una experiencia para los sentidos, un refugio de calma y belleza donde cada rincón parece sacado de un cuadro. Ya sea en primavera, cuando las flores tiñen sus jardines, en verano, con sus animados canales, o en invierno, cuando la nieve añade un toque aún más místico, este lugar es perfecto para aquellos que buscan un viaje a medida diferente, alejado de lo convencional.

En Andrómeda Viajes, sabemos que cada destino tiene una historia que contar y que cada viajero quiere vivirla a su manera. Déjate llevar y descubre esta joya holandesa.

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