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Las piscinas naturales son espacios estancos creados, como su nombre indica, por la propia naturaleza sin que la mano del hombre haya intervenido.
Hoy queremos compartir contigo una selección de piscinas naturales que, para nosotros, son de las más originales del planeta. Sigue leyendo y descubre cuál es nuestro top 5.
La Grotta della Poesia (Cueva de la Poesía) se encuentra a media hora en coche de Lecce, una ciudad situada en la región de Apulia o, lo que es lo mismo, en la zona del “tacón” de Italia.
La entrada de una de las piscinas naturales más reconocidas es gratuita, pero su ubicación hace que acceder a ella resulte un poco difícil. Al llegar, verás que está rodeada de un impresionante paisaje rocoso y de las aguas cristalinas del Mar Adriático.
Para poder disfrutar de una experiencia de natación tranquila y privada, te recomendamos ir antes de las 10 h de la mañana, ya que es el momento en el que este sitio está menos concurrido.
Si vas a visitar la Grotta della Poesia, debes tener en cuenta su terreno agreste. Debido a él, el lugar carece de cualquier tipo de servicio y de infraestructura. Tampoco tiene arena, así que es muy importante que lleves puesto un calzado cómodo y que recuerdes que aquí no podrás tumbarte cómodamente a tomar el sol. Eso si, las preciosas vistas de la cueva te permitirán obtener unas fotografías sublimes en una de las piscinas naturales más buscadas.
Ubicado a 100 kilómetros de la costa de Belice, el país más pequeño de Centroamérica, se encuentra el Gran Agujero Azul.
Hace 12.000 años, cuando acabó la glaciación, el nivel del mar subió y las cavernas se inundaron. Más tarde, la cubierta se derrumbó y se formó esta sima que atrae a buceadores de todo el planeta.
Este cenote submarino de inusual belleza se convirtió en un icono de Belice después de que Jacques Cousteau lo explorara en 1970.
Hoy forma parte de la segunda barrera coralina más grande del mundo y se caracteriza por su forma de circunferencia, casi perfecta, de 300 metros de ancho. Su profundidad es de 120 metros y en su interior hay quinientas especies de peces y setenta clases de coral.
La mejor manera de apreciar la magia del Gran Agujero Azul es desde el aire. Te animamos a contratar un vuelo en avioneta para contemplar el color azul oscuro de este fenómeno de la naturaleza, el cual contrasta con los diferentes tonos turquesas del mar que lo envuelve.
A tres kilómetros de la zona arqueológica de Chichén Itzá, encontramos uno de los puntos más espectaculares de Yucatán: el cenote Ik Kil.
Este sorprendente enclave cuenta con más de 60 metros de diámetro y una profundidad de 43 metros. Desde arriba, las raíces de los árboles descienden en forma de largas lianas hasta tocar el agua, produciendo el efecto de cascadas naturales.
Para acceder al cenote se debe bajar por unas escaleras hechas de piedra. Por el camino encontrarás balcones desde los que podrás admirar el entorno.
Aquí habita una fauna muy variada. Hay aves silvestres, como tucanes y loros, un importante número de insectos y también algunas especies de reptiles. En sus aguas azules se observa una amplia variedad de peces pequeños como, por ejemplo, el pez gato negro.
En la antigüedad se creía que este enorme pozo, conocido también como el Cenote Sagrado Azul, era nada más y nada menos que la puerta de entrada al inframundo. Por esta razón, la ciudad de Chichén Itzá se edificó alrededor de él. Así fue como se convirtió en un punto de peregrinación para los mayas en el que se practicaban rituales y se hacían ofrendas a los dioses.
En la provincia de Denizli, situada a una hora en avión de Estambul, se encuentra uno de los lugares más curiosos de Turquía: Pamukkale, nombre que traducido al castellano significa “castillo de algodón”.
Cuando se está delante de esta maravilla de la naturaleza, se confirma que su denominación es de lo más acertada, ya que se tiene la sensación de estar viendo una montaña blanca y esponjosa.
En el pasado, la zona sufrió numerosos terremotos y de las fallas brotó agua rica en minerales, bicarbonato y creta, la roca caliza de la que se extrae la tiza. De ahí, el color blanquecino de este espacio que tiene aspecto de cascada congelada y que está formado por múltiples “piscinas naturales” de aguas termales de color turquesa dispuestas en terrazas.
Cabe señalar que las piscinas naturales de Pamukkale, junto con la antigua ciudad helenística de Hierápolis, fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad en el año 1988.
To Sua Ocean Trench es una especie de cenote que se halla en un auténtico paraíso terrenal en la isla de Upolu (Samoa). Se formó a causa de la erosión que produjeron los campos de lava alrededor de Lotofaga.
To Sua significa “agujero gigante” y describe muy bien lo que te vas a encontrar: un gran agujero en la tierra que cuenta con más de 30 metros de profundidad y que encierra un estanque de aguas transparentes.
Esta piscina natural está rodeada del intenso color verde que le aporta la desbordante vegetación tropical que hay a su alrededor.
Para darte un baño inolvidable, deberás descender por unas vertiginosas escaleras que llevan a una plataforma desde la que te podrás lanzar al agua.
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