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El festival de Loy Krathong es uno de los eventos más mágicos y cautivadores de Tailandia. Celebrado en todo el país hoy, 15 de noviembre, este festival de las luces ilumina el cielo nocturno y las aguas de los ríos con miles de linternas y pequeños barcos decorados, creando una atmósfera única y llena de trascendencia.
Aunque hay muchos lugares en Tailandia para vivir este festival, la ciudad de Lampang, en el norte, ofrece una experiencia excepcional y auténtica, sin las multitudes que abarrotan destinos más turísticos como Chiang Mai o Bangkok.
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El Loy Krathong es una festividad que se celebra anualmente en la noche de luna llena del duodécimo mes lunar, generalmente en noviembre. El término “Loy” significa “flotar” y “Krathong” se refiere a una pequeña embarcación o cesta hecha de hojas de plátano, decorada con flores, velas y varitas de incienso.
En el transcurso del festival, miles de personas se congregan en ríos, lagos y canales para dejar flotar sus krathongs en el agua como símbolo de respeto y agradecimiento a Phra Mae Khongkha, la diosa del agua en la cultura tailandesa. Además, este ritual es visto como una oportunidad para pedir perdón por los daños causados al agua a lo largo del año y para deshacerse de la mala suerte, liberando así las aflicciones y los pecados.
El Loy Krathong también se combina a menudo con el festival Yi Peng, especialmente en el norte de Tailandia. Durante el Yi Peng, los asistentes sueltan linternas flotantes al cielo, conocidas como “khom loi”, lo cual da lugar a una imagen celestial impresionante.
A diferencia de otras ciudades de Tailandia, Lampang no es tan frecuentada por los turistas y destaca por ofrecer un entorno tranquilo y encantador para vivir el festival de una manera genuina y tradicional.
Situada a orillas del río Wang, esta ciudad cuenta con templos antiguos y calles llenas de historia. ¡Es perfecta para dejarse envolver por el misticismo del ambiente!
Los templos de madera y las casas, ejemplos de la arquitectura típica tailandesa y birmana, crean una sensación de paz y exclusividad que es difícil de encontrar en las grandes urbes. La ausencia de aglomeraciones permite disfrutar de una experiencia más auténtica y respetuosa con la tradición.
Los habitantes de Lampang se preparan días antes del festival, confeccionando sus propios krathongs con materiales naturales como hojas de plátano, flores y frutas. Los krathongs, decorados con velas e incienso, son verdaderas obras de arte hechas a mano que reflejan el esfuerzo y la devoción de la gente. Es común ver a las familias locales y a los monjes de los templos participando en esta creativa actividad.
La noche de la luna llena, tailandeses y visitantes se congregan en el río Wang para soltar sus krathongs. En este acto de purificación, las personas depositan simbólicamente sus problemas, malas energías y deseos en ellos para dejarlos ir flotando en el agua. Muchas personas también colocan monedas dentro como ofrenda a la diosa del agua, con la esperanza de recibir bendiciones y buena fortuna en el año venidero.
En esta visión de lucecitas en el río, uno no puede evitar sentir una profunda conexión con la naturaleza y el espíritu del festival. Las luces de las velas sobre el agua desprenden un mensaje de paz y esperanza, mientras que la estampa de los krathongs flotando en silencio es un recordatorio de la belleza de las tradiciones profundamente arraigadas y una muestra de la identidad y los valores de la comunidad.
La conexión con la naturaleza, el respeto por el agua y el deseo de comenzar de nuevo son elementos clave en esta celebración.
Aunque el festival de Yi Peng es más famoso en Chiang Mai, en Lampang también se lleva a cabo este ritual de soltar linternas flotantes al cielo. Las “khom loi”, linternas de papel iluminadas, simbolizan el renacer. El cielo, lleno de luces que se elevan, genera una escena indescriptible que seguro has visto retratada en mil y una fotografías.
En Lampang, esta ceremonia es mucho más tranquila y menos concurrida, lo que permite que cada persona tenga su momento de reflexión y conexión con el evento. Es común ver a familias y grupos de amigos liberando sus linternas juntos, susurrando una breve oración antes de dejarlas volar hacia el cielo.
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